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Artículos
producidos por las tenerías. Foto
BASF Cheminal Company. |
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Introducción
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A
lo largo de milenios, la artesanía y la industria del
cuero han producido una extensa serie de productos acabados, muy diferentes
unos de otros y destinados a usos diversos. Estos productos reciben nombres
que ya son genéricos. Hoy la industria del cuero y de la piel con
pelo, además de producir géneros de exquisita calidad artesana, ha dado origen a
una potente y nueva actividad en el sector de la confección, en la marroquinería
y en muebles. A aquellos nombres genéricos, heredados de los artesanos de cada
país, se han sumado otros productos, fruto de la tecnología moderna y de las
mayores exigencias de variedad y de calidad en las prendas y artículos de piel;
estos nombres de los nuevos productos son a veces propiedad de marcas o son
ellos mismos marcas industriales o comerciales. |
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Pero justamente esta notable superación de las técnicas,
con el paso del tiempo, sin embargo, con tantas innovaciones tecnológicas
y tan abundantes productos de acabado, no han hecho sino demostrar la durabilidad
de muchos productos tradicionales, algunos de ellos de gran importancia
cultural.
Para el estudio
de estos productos seguiremos pues el orden cronológico; es decir,
partiendo de las viejas elaboraciones artesanas hasta las modernas aportaciones
de las industrias del cuero y la peletería. |
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1. El pergamino
El pergamino es el más antiguo
producto del cuero.
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Es un material translúcido
u opaco, con superficie convenientemente alisada para permitir la fácil
escritura sobre ella, y está hecho de pieles ovinas no curtidas
, de cabra y aún de otros animales, depiladas con cal.
Además de láminas para
la escritura también se hace con el pergamino la encuadernación
de libros.
Como en el caso de todos los productos
artesanales de la antigüedad, en el pergamino se han tenido que observar
escrupulosamente ciertas condiciones naturales para que con medios técnicos
muy sencillos se haya podido lograr un producto de tal durabilidad. Es
decir, hacer un pergamino como hoy lo conocemos no ha sido una labor simple
ni sencilla. La peculiaridad del pergamino es que se trata de una piel
no curtida; si así y todo tantas piezas han sobrevivido varios siglos,
conservando en su superficie documentos culturales fundamentales para nuestra
civilización, no cabe duda que su estabilidad tiene un mérito
extraordinario; máxime cuando se trata de materia orgánica
procedente de un ser vivo; realmente es un material de gran resistencia
contra agentes físicos y biológicos.
De los manuales antiguos entresacamos
algunos consejos de los maestros pergamineros:
Primordial era conseguir el correcto
secado de la piel, sin curtición alguna. Por tanto no debían
hacerse los pergaminos en tiempo húmedo, más bien en la primavera
y verano.
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2. La gamuza |
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