3.4. Humedad
entre las fibras
El fenómeno de la
retención
y movimiento de líquidos por capilaridad es de importancia vital
en la naturaleza. Es el que permite subir la savia por el tallo de los
vegetales y también el aceite por la mecha de la lámpara
o la cera fundida por la de la vela. Si estos tallos y mechas fueran de
material macizo, sin espacios interfibrilares capilares, los líquidos
no ascenderían.
Ahora podemos comprender una de
las razones que permite a la piel retener y dejar circular grandes cantidades
de agua. Es el agua llamada interfibrilar.
Desde luego, las fibras sintéticas
están muy lejos de poder igualar a la piel en cuanto a retención
de agua interfibrilar. Su finura viene limitada por las posibilidades técnicas
de formación, que difícilmente permiten secciones inferiores
a las 10 micras, mientras que las fibras de piel ya hemos visto que podían
llegar a grosores cercanos a las dimensiones moleculares.
3.5. Tasa legal
de humedad
Hay otra forma de retención
de agua en las fibras, donde la piel aventaja claramente a todas las fibras
químicas. Es el agua que entra a formar parte de la estructura química
del colágeno curtido, que se llama agua de combinación.
El agua de combinación es
el porcentaje de agua que absorbe la piel en una atmósfera con el
65% de humedad relativa y a 21 ºC de temperatura, permaneciendo en
ella el tiempo suficiente para que se establezca el equilibrio. Se calcula
sobre peso de piel secada a 100 ºC.
En la industria textil este agua
recibe el nombre de tasa legal de humedad. Es una cifra básica para
las transacciones comerciales de fibras naturales, que se realizan según
el peso de las mismas, y existen laboratorios especializados en su determinación
(Laboratorios de Acondicionamiento). Las pieles que contienen el agua correspondiente
a esta tasa legal no presentan el aspecto de mojadas, se notan secas. En
cambio, los tejidos hechos con fibras de tasa legal nula se notan ya calados
con tan sólo porcentajes del 15% de agua. |